Fin de semana en el Mas de Mateba


Si se busca un hotelito pulcro e inmaculado para pasar un fin de semana no os lo aconsejamos, pero si lo que se busca es pasar un fin de semana diferente en una masía en la montaña con un sabor rústico y las comodidades de un medio rural, ya que la calefacción se consigue mediante estufa de leña y el agua caliente mediante acumulador solar, entonces sí que os aconsejamos que os alojéis en el Mas de Mateba.

El Mas de la Mateba es perfecto para ir en familia o ir en grupo, como nosotros, que éramos más de veinte. Puede que no sea una casa rural con encanto, pero tiene una característica que la diferencia y la hace genial para los niños: la habitación dinámica, que no es más que una sala diáfana a la que se accede desde una escalerilla de madera y que se puede controlar a través de un ventanuco interior desde el salón. Pero esa habitación es mágica porque los niños la disfrutan enormemente a todas horas, ya que también es su lugar para dormir, y se olvidan hasta de que no hay televisión.
 
 

Otro punto fuerte es el enorme salón que permite que un grupo grande pueda desayunar y comer todos juntos.
 
 

La cocina es pequeña, pero para nuestro amigo Juanjo es más que suficiente porque nos hizo unas cenas deliciosas, y también hay un asador de leña en un edificio anexo.

En resumen, la casa, con su jardín, con los perros y gatos, hicieron las delicias de nuestros niños.

Quien hizo también las delicias pero esta vez de los mayores fue su anfitrión Boro, una peculiar persona redimida de un pasado movidito, con muchas anécdotas y experiencias que contar, que nos introdujo en el tema de las ecoredes, de las figuras de protección del entorno, del patrimonio histórico cultural del entorno y un largo etcétera.

Por último, nos queda hacer mención al impresionante entorno en el que se emplaza el Mas de la Mateba, a 6 km de Cortes de Arenoso, en el bello Alto Mijares, y que sirve de punto de partida para distintas opciones.

Nosotros hicimos con los niños unas pequeñas rutas por San Vicente de Piedrahita y a la cascada del Río Carbó, y que os recomendamos.

Pero Boro nos hizo descubrir a lo grande el Alto Mijares el último día con un pequeño paseo hasta llegar a ver el embalse de Cortes de Arenoso desde lo alto, y donde nos dio una charla en la que aprendimos la importancia de los senderos y de las masías en el pasado para mantener el control del territorio.
 


 

Un colofón perfecto para un fin de semana inolvidable.

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