El Montí Menor

La ruta de senderismo familiar que realizamos en esta ocasión fue atípica en todos los sentidos, pero inolvidable.

Al principio pensábamos que sería repetir la subida al Montí Menor que ya habíamos realizado en ocasiones anteriores, pero tuvo poco que ver.

De primeras, la ruta circular la empezamos en sentido contrario a las agujas del reloj buscando la Senda de los Pepes.




Nuestro guía, Roberto, tenía una planificación perfecta para poder realizar la ruta sin interferir con una carrera de bicicleta de montaña que se realizaba por la misma Senda de los Pepes. Pero como suele pasar con las mejores planificaciones, siempre aparecen imprevistos.

Los corredores de bici iban más veloces de lo esperado, y empezamos a encontrarnos corredores dispersos por la senda. Lo que en principio fue un cuentagotas de corredores se transformó en una avalancha. Por lo que paramos a almorzar.




Pero debíamos continuar, y  no había sendero alternativo. Así que la ruta se convirtió en una carrera de obstáculos durante unos minutos, corriendo durante pequeños tramos, y apartándonos rápidamente en los márgenes al grito de ¡¡Biciiii!!. Todos lo pasamos genial con ese improvisado juego, y así tuvimos la oportunidad de jalear a los ciclistas.

Pero eso fue sólo una pequeña anécdota, porque lo realmente sorprendente fue que los niños en el inicio de la ruta, recogiendo residuos del suelo encontraron una carta envejecida de un Conde llamado Montí junto con una llave que dejaba un mensaje animando a buscar una nueva pista en un pequeño árbol.

Iniciamos la ruta con esa expectación, pensando que se trataba de un error, pero no, por el camino encontramos un pequeño árbol: El Pi Enano.




En el que los niños encontraron nuevas pistas que nos llevó a una enorme rueda de tractor abandonada,  y luego nos hizo desviarnos -ya no había interferencias con los ciclistas- hasta El Maset.




Una antigua construcción usada de cobijo por los trabajadores del campo, donde los niños seguían encontrando nuevos mensajes con adivinanzas, monedas antiguas, viejos libros, etc.




Una vez visitamos el Maset continuamos por la Senda de los Pepes en dirección el Montí Menor. En un punto abandonamos el sendero marcado con blanco y amarillo y empezamos a subir zigzageando, para encontrar un mundo distinto.

Las sendas estaban limpias, delimitadas por piedras ordenadas, empezamos a encontrar reproducciones de cucos (pequeñas casetas donde se cobijaban los pastores), bancales perfectos...




También pudimos visitar la Casa dels Coles, donde los niños encontraron la penúltima pista.






Y ya por último, tras volver al sendero, encontramos el colofón: el lugar perfecto donde comer, el mirador de Marimón, habilitado con pequeñas construcciones donde cobijarse, una terraza protegida del sol con techo de cañas, y un pequeño monumento donde los niños encontraron la última pista que les llevó a encontrar el Tesoro del Conde Montí: unas monedas de oro. Es decir, unas monedas de chocolate cubiertas con papel dorado. Todos los chavales estaban emocionados. Disfrutaron de lo lindo.

Los mayores dejamos un mensaje en el Libro de Visitas del Mirador.




En este punto hemos de reconocer el trabajo altruista de dos señores conocidos como Los Pepes, que son los encargados de acondicionar las sendas, las casetas de resguardo, el mirador, etc. para que todos nosotros podamos disfrutar del bello entorno.

Las vistas son espectaculares.




Tras comer, seguimos nuestro camino hacia el Montí menor.




En el recorrido, el paisaje cambió, entre los pinos empezamos a encontrar alcornoques, transformando el paseo en algo especial. Nuestro amigo Carlos explicó a los niños las características de los alcornoques y su fortaleza frente al fuego.

Hacía calor, así que tras llegar al Montí Menor, continuamos por el sendero esta vez ya de bajada. Pasamos por la Fuente del Retor.




Y la última visita obligatoria fue la de la Ermita de Santa Bárbara.




Luego ya continuamos por sendero hasta llegar a los coches.

En resumen, una preciosa ruta de senderismo con  niños y completísima. Cada vez nuestros amigos del Club 32 dejan el listón más alto cuando preparan las rutas. Nos sentimos muy orgullosos.

Os dejamos el enlace al TRACK.





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